La Lista de los Nombres Olvidados, de Kristin Harmel

Una vez más, gracias al blog Cuéntate la vida me he encontrado con un libro maravilloso, de esos que no puedes parar de leer a horas intempestivas y de los que apuras sus páginas en el autobús de camino al trabajo. Desde que leí esta reseña, lo tenía en mente y por fin he tenido tiempo para disfrutarlo. Porque La Lista de los Nombres Olvidados es un libro de esos que te emocionan desde el primer capítulo y no dejan de hacerlo hasta el final. Un final, por cierto, coherente y predecible, pero aún así, perfecto.

Como aún estamos dentro del Mes Guerrero del que ya os he hablado, parte de la trama de este libro nos lleva a la Segunda Guerra Mundial, aunque la trama principal se sitúa en la actualidad. Su protagonista es Hope, una treinteañera divorciada y con una hija adolescente, que regenta una pastelería en una población turística de Massachusetts, en EE.UU. Cuando comienza esta preciosa historia, Hope, haciendo caso omiso a su nombre (Hope en inglés significa esperanza), cree que todo está perdido, que todas sus decisiones han sido erróneas y que con 36 años la vida ya no tiene nada bueno que ofrecerle. A eso se une que su pastelería está al borde de la ruina y que su abuela Mamie, el único familiar que le queda aparte de su hija Annie, está cada vez más enferma debido al avanzado estado de Alzheimer que sufre.

Sin embargo, como nos enseña este libro, nunca está todo perdido. En un momento de intensa lucidez, Mamie revela a Hope y Annie que toda su vida ha ocultado su verdadero origen, que no es otro que el haber escapado de París en 1942, justo cuando los nazis ordenaron la gran redada que supuso la muerte de miles de judíos y el exterminio de otros en los campos de concentración a donde fueron enviados. Mamie ruega a Hope que vaya a París y  averigüe qué fue de sus padres y hermanos, por los que lleva sufriendo 70 años, culpándose de no haber logrado que ellos también escaparan. Esa es la lista de los nombres olvidados que tan celosamente ha ocultado desde que llegó a EE.UU con 17 años.

Tras muchas reticencias, Hope viajará a París y descubrirá no sólo qué fue de estos familiares de los que nunca había sabido nada, sino otros secretos más sorprendentes aún de la vida de su abuela y que influyen en la suya propia. Y así, a medida que conoce más de la verdadera existencia de Mamie, Hope comienza a superar sus miedos y temores y por fin la esperanza a la que su nombre da gala empieza a vislumbrarse.

Como veis, una trama muy amena y entretenida para estos meses de verano en los que por fin todos tenemos más tiempo libre para leer. Éste es de esos libros que, al menos en mi caso, hacen que ese tiempo libre pase volando y me recuerdan por qué la lectura es una de las mis aficiones preferidas.