El guardián invisible, de Dolores Redondo

Hay libros sobre los que pesan tantas expectativas que cuando te decides a leerlos esperas encontrarte con algo completamente sensacional o fuera de lo común. Pero a veces te producen sensaciones contrarias a las que habías pensado. Eso es lo que me ha pasado con El guardián invisible, de Dolores Redondo, la primera parte de la trilogía de Baztán.

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Esta novela negra comienza sin preámbulos cuando Amaia Salazar es avisada de madrugada del hallazgo de un cadáver en el valle navarro de Baztán. Amaia es una inspectora de homicidios con una próspera carrera profesional a sus espaldas, que le proporciona admiración y envidia a partes iguales entre sus compañeros de profesión. La singularidad del caso y el hecho de que Amaia sea de Baztán, concretamente de Elizondo, le llevan a dirigir la investigación del crimen de una adolescente, cuyo cadáver es encontrado en extrañas circunstancias, casi mitológicas, que coinciden con las de otra joven también asesinada unas semanas antes en la misma zona.

Amaia y su equipo se desplazan al Valle de Baztan donde, además de resolver el caso, Amaia deberá hacer frente a los fantasmas de su pasado y toparse con los problemas actuales de su familia, concretamente de sus dos hermanas. La mayor, Flora, regenta el obrador familiar y está tan llena de rencor y resentimiento  como sus mantecadas lo están de harina. Además, está separada de su marido y eso no ha hecho más que agriar su autoritario carácter. La otra hermana, Rosaura, aguanta a un marido vago, caprichoso e infantil del que todos esperan que se separe. Además de esto y a pesar de estar muy felizmente casada con James, Amaia lleva años intentando quedarse embarazada y volver a sus orígenes le hace sentir que está fallando en lo más elemental, por muy brillante que sea su matrimonio o su carrera como policía.

Como en las grandes series de novela negra, el personaje de Amaia está muy bien perfilado, pero no al estilo de Wallander de Menkel o Montalbano de Camilleri. En esta ocasión, y no sólo porque sea mujer, es mucho más profundo la manera en la que se nos describe al personaje principal, hasta el punto de que la vida personal de Amaia compite con la trama policíaca en protagonismo y número de páginas. Es cierto que es importante para el modo en que el argumento se desarrolla, pero es tan evidente que marca el estilo de esta novela y supongo que el de los dos siguientes libros que en conjunto componen la trilogía que se ha propuesto su autora, Dolores Redondo.

De la misma manera, el Valle de Baztán, uno de los más hermosos de España, es un elemento fundamental. No sólo porque los crímenes se cometen en el interior de sus bosques, sino porque la atmósfera y los paisajes están tan bien descritos que El guardián invisible te transporta con la imaginación al interior de este paraje de Navarra. Es incuestionable que la autora se esmeró en captar la esencia del valle para construir descripciones que hacen justicia a la realidad de su belleza. Asimismo, no conozco la mitología vasconavarra, pero por lo que he leído las referencias que se hacen en la novela están muy bien documentadas y explicadas.

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Paisaje del Valle de Baztán, Navarra.

Pero como decía al principio, he acabado este libro y me he quedado algo insatisfecha. Creo que en parte ha sido porque la vida de Amaia, las descripciones de Baztán y las referencias mitológicas han captado mi interés pero a la vez me lo han restado del que me ha generado la resolución del crimen en sí. Quizás porque pensaba encontrarme una novela más al estilo de las típicas de su género y, sin embargo, no lo es. Pero no porque el crimen presentado y su resolución no estén a la altura, que lo están, sino porque esos otros elementos de la trama tienen un peso muy destacado en la misma, cosa que no es tan habitual en los libros de novela negra o policíaca que he leído hasta ahora.

En cualquier caso, no es una insatisfacción negativa. Lo que me ha sorprendido de esta novela a la vez la distingue. Eso y el hecho de que cualquier excusa es buena para recrearse en el maravilloso paisaje navarro (estudié allí y este libro me ha provocado una buena dosis de nostalgia) son motivos más que válidos para continuar con la trilogía de Baztán.

18 comentarios en «El guardián invisible, de Dolores Redondo»

  1. A mi me gustó mucho, sí que es verdad que fui con las expectativas moderadas para no llevarme desilusión porque había leído opiniones muy buenas
    Besos

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  2. No me he animado a leerla y es justo porque no disfruto ese género. Pero si tienen mitología ahhhhh, ya cambia la cosa :S me quedo dudando…lo positivo que saco es no crear expectativas para poder disfrutarla más.
    Un beso,
    Ale.

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  3. La leí el verano pasado y me gustó mucho, sobre todo por su ambientación. Respecto al final ya lo he visto mencionado en otras reseñas, aunque a mí no me disgustó
    Besos

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