El retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde

Hace unos días, cuando ya había leído más de la mitad de El retrato de Dorian Gray, me topé con este artículo en el que se reflexiona sobre por qué hay que leer los clásicos. Motivos hay muchos, pero yo me quedo con esta afirmación: «Los clásicos cuentan con su privilegiado estatus por acometer una tremenda hazaña, aquella consistente en perdurar durante largo tiempo en la memoria colectiva como algo de significativa importancia». Y creo que esto es así porque, a pesar de haber sido escritos hace 100 ó 200 años, su argumento no pasa de moda, no desentona en nuestro contexto actual y pueden considerarse inmortales. Todo esto lo cumple El retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde, un libro publicado en 1890 y del que hoy os comparto mis impresiones. 

El retrato de Dorian Grey

El retrato de Dorian Gray ha pasado a la historia como una de las obras maestras de la novela de terror gótica. No en vano, contiene escenas grotescas que seguro han inspirado a muchos cineastas de dicho género. Comienza así: el pintor Basil Hallward se encuentra en su estudio de Londres con su amigo Lord Henry Wotton, quien alaba la última creación del artista: un retrato de un hermoso joven, tan hermoso que no parece real. Basil, a sabiendas de que el modelo de este retrato, Dorian Gray, es alguien muy especial, es reticente a que Lord Henry lo conozca, porque para Basil, Dorian es alguien único, inalcanzable, mientras que Lord Henry tiene la habilidad de corromper a quienes le rodean con sus reflexiones mordaces y cínicas sobre la vida.

Basil no logra impedir el encuentro y Dorian y Lord Henry se conocen al mismo tiempo que Dorian contempla su retrato, algo que le produce una enorme impresión, porque a raíz de sus conversaciones con Lord Henry se dará cuenta de que la juventud es un estado pasajero y de que tarde o temprano dejará de ser tan bello. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo y observa el retrato ya colgado en su casa, se da cuenta de que éste ha cambiado. Ya no muestra a alguien apuesto y noble, sino a un ser casi diabólico, en el que sí hay evidencias de que el tiempo ha pasado. Lo curioso es que Dorian -el verdadero, el humano- se mantiene intacto, como si su deseo de no envejecer nunca se hubiera hecho realidad. 

Y es así como la personalidad de Dorian da un giro de 180 grados ya que el retrato y el hombre intercambian sus papeles. Dorian será ese ser que su retrato representa y cometerá actos -de terror en algunos casos- que te dejan con la boca abierta, mientras su rostro permanece impoluto.

Esta trama tan original está acompañada de una buena dosis de crítica a la sociedad londinense y sus excentricidades, al narcisismo y a las banalidades del ser humano, por su afán inconformista y su tozudez por que todo siga igual, así como por su rechazo y miedo al cambio. De la misma forma, hay reflexiones sobre el amor en citas que han pasado a la historia tanto como esta obra: «Un hombre puede ser feliz con una mujer siempre que no la ame».

En definitiva, contempla asuntos que no por ser abordados en 1890 ahora ya no ocurran. Todo lo contrario, siguen ahí y no tiene pinta de que dejen de estarlo. Y por si fuera poco, todo ello escrito en un estilo único como es el de Oscar Wilde, que es capaz de incluir en un mismo capítulo diálogos retorcidos pero tremendamente directos, con monólogos asombrosos en los que los personajes desvelan sus secretos de manera sibilina, casi imperceptible.

Volviendo al principio de esta entrada, los clásicos no son clásicos porque los críticos literarios así nos lo hayan impuesto. Son clásicos porque se lo han ganado por derecho propio. Y El retrato de Dorian Gray es un ejemplo rotundo de ello. 

Incluyo esta lectura en el reto Keep Calm and Read in English.

21 comentarios en «El retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde»

  1. Yo también disfrute de «El retrato de Dorian Gray» aunque no me va la ha pasado a la novela de terror.

    Sii que me gusta el Romance Gotico. Los libros de Victoria Holt y algunos de Carlos Ruiz Zafon.

    Creo que también he posteado «El retrato de Dorian Gray» en mi Blog.

    Saludos.

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    1. Queria decir que he leído “El retrato de Dorian Gray” pero que no me gusta la la Novela de Terror.

      Y que si me gusta el Romance Gotico.

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  2. ¡Fantástica reseña, Inés! No hace mucho comencé esta novela, pero algunos compromisos me hicieron aparcarla momentáneamente. Aún no la he retomado, así que voy a tomar tus palabras como toque de atención para ponerme cuanto antes con ella. ¡Un beso!

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  3. Siempre he tenido claro que el tiempo es el mejor juez para dictaminar la calidad de un libro. «El retrato de Dorian Gray» cumple sin duda ese requisito. Yo lo leí y releí hace muchos años y ahí sigue en la estantería, sabiendo que cuando lo vuelva a abrir volverá a sorprenderme.

    Gracias y un saludo!

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  4. Estoy totalmente de acuerdo contigo, los clásicos nunca se pasarán de moda. Leí El retrato de Dorian Gray en inglés en la carrera y me encantó. Este y La importancia de llamarse Ernesto son mis favoritos de Wilde.

    Gracias por pasarte por mi blog. Yo también estoy deseando empezar The Edge of Eternity. En cuanto acabe con Les Yeux Jaunes des Crocodiles me pongo con ello 🙂

    See you soon!

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  5. Es uno de esos libros que siempre he deseado leerlo pero aun no lo he hecho, lo tendré en cuenta. Me parece muy acertada tu elección de leer los clásicos.
    Besos.

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  6. Lo leí hace un montón de años y no me gustó demasiado, creo que no era el momento adecuado para acercarme a esta obra por lo que no descarto darle una nueva oportunidad
    Besos

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  7. Se nota que lo has disfrutado me alegro. Lo leí en inglés en el instituto pero una edición de esas adaptadas aun así me gustó a ver si lo leo en condiciones. Muchos besos.

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