Una madre, de Alejandro Palomas

Una madre es una delicia de novela espléndidamente estructurada, ambientada y escrita. Derrocha calidad y mucho buen trabajo detrás. A la vez, es de esos libros que cuesta reseñar porque transmite muchas sensaciones difíciles de describir. En mi caso, no me he sentido tan identificada con la historia a diferencia de lo que he visto en otras reseñas, pero sí coincido en que retrata de manera formidable los lazos que unen a los miembros de una familia, de cualquier familia.

Un madre, de Alejandro Palomas

Una cena de Nochevieja como escenario y Fernando como único narrador son los ejes de esta novela. Mientras sus hermanas y su tío Eduardo van llegando a casa de su madre para la última cena del año, Fernando hace una retrospectiva de lo que es su familia, de qué les preocupa o les ha sucedido recientemente a cada uno, reticente a hacer esa misma reflexión sobre sí mismo. Como en todas las familias, el pilar de la de esta historia es Amalia, la madre de Fernando. Una mujer extremadamente peculiar, que pretende ser ingenua cuando no lo es, que se aprovecha de su escasa visión para parecer torpe y tirar sin querer cosas para cambiar el rumbo de una conversación y que, por encima de todo, es muy madre de sus hijos, a pesar de haber sufrido un matrimonio infeliz en el que siempre se sintió psicológicamente maltratada.

Y es esta madre el denominador común de cada uno de los personajes de esta historia. No puedo desvelar nada de ninguno de ellos, y mucho menos de Fernando, pero quedaros con que todos ellos, como en la vida real, esconden un pasado que les ha marcado, ya sea bueno o malo, y que sólo los más cercanos a ti conocen, respetan y entienden. Y precisamente reflexionando sobre las vidas de sus seres más queridos, Fernando encuentra respuestas a los dilemas de la suya propia, aunque haya algunas preguntas cuyas respuestas quisiera obviar.

Lo que ha hecho que disfrute esta lectura por encima de todo ha sido la manera en la que están hiladas las historias de cada personaje en paralelo al avance de la cena de Nochevieja. No hay conversaciones forzadas ni elementos que chirríen porque su autor los haya colocado como excusa para hablarnos de otra cosa. Para nada. Todo fluye. Todo encaja. Y por eso consigue que para el lector cada personaje tenga mucho recorrido y pueda visualizarlo perfectamente en su mente y entender su manera de ser.

De la misma manera, todas las escenas, especialmente las que transcurren durante la cena de Nochevieja, son descritas tan acertadamente que te las imaginas a la perfección. Es como estar viendo una obra de teatro o una película, pero en realidad estás leyendo una novela a la que no le faltan detalles. Porque hay los justos y necesarios.

Dicho todo esto, queda claro que Una madre me ha gustado muchísimo y que debo recomendárosla a todos. Aunque, como casi siempre, muchos de los que os pasáis por aquí ya la habéis leído. En cualquier caso, si alguno aún se lo está pensando, que no piense más. Una madre es de esas novelas que hay que leer sí o sí. 

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