Ofrenda a la tormenta, de Dolores Redondo

Llevo unas semanas un poco decepcionantes en lo literario, ya que de nuevo, y por tercera reseña consecutiva, os traigo la de un libro que no me ha llenado. Y, por si fuera poco, éste ha sido el mayor chasco de los tres. Me esperaba muchísimo más del final de la trilogía de Baztan de Dolores Redondo. Y en ese «muchísimo más» me refiero tanto a sorpresas y giros inesperados de la trama como a que se mantuvieran los elementos que tanto me gustaron de las dos anteriores entregas, como su personaje principal.

Leer este libro sin haber leído antes El guardián invisible y Legado en los huesos no es recomendable. Por eso, prácticamente toda esta reseña es un spoiler para quienes no sepáis nada de esta trilogía. Cuando comienza Ofrenda a la tormenta, la inspectora de Homicidios Amaia Salazar está convencida de que su madre Rosario no ha muerto, a pesar de lo que digan tanto su familia como sus colegas de la policía. Sabe que ella y su hijo Ibai aún están en peligro. Además, se produce en Baztan un extraño caso de muerte súbita de un bebé que hará que se abra una investigación que relacionará todos los crímenes anteriormente cometidos en este valle con otros misterios de mayor calado si cabe.

Precisamente, por la tensión acumulada tras tantos crímenes y la necesidad imperiosa de saber qué ocurrió en el pasado para que su madre la odiara tanto, el personaje de Amaia da un giro radical en este libro. Sigue siendo la misma policía incansable y tenaz, pero en muchos momentos se desmorona, comete imprudencias y, sobre todo, pierde parte del instinto que la caracteriza. Y ésta ha sido mi mayor decepción con esta novela. No he reconocido a la Amaia de las dos primeras partes.

Los que ya habréis leído este libro seguro que pensáis que lo digo por la parte que afecta a James, su marido. Pero no es sólo por eso, aunque, obviamente mucho tiene que ver. En realidad, es porque me ha parecido un personaje dramatizado al extremo para justificar muchas escenas al servicio del desenlace final. Y con lo que yo he admirado a Amaia, no me ha parecido justo.

Por otro lado, desde los primeros capítulos tuve claro el final. Pero claro como el agua. Y capítulo tras capítulo lo iba confirmando. No digo que me imaginara todos los detalles, pero sí quién estaba detrás de todo este caos de violencia sin sentido. Por lo que me quedo pensando si Dolores Redondo, la autora de este libro, pudo haber hecho algo para que no quedara tan obvio. Porque en Twitter y en otras reseñas he visto que también muchos os imaginasteis quién era esa persona.

De todas formas, debo destacar positivamente otros aspectos de Ofrenda a la tormenta que sí me han gustado mucho. Como el ritmo trepidante de principio a fin, la original y muy bien construida trama que hila todos los crímenes y la magnífica descripción de Pamplona y del valle de Baztan. Describir el cielo de Pamplona parece fácil, porque la mayor parte del año es gris. Pero Dolores Redondo lo hace con especial maestría y me ha hecho sentir mucha nostalgia de los años que allí pasé.

En definitiva, una trilogía en conjunto recomendable, con un final mejorable.

Muchísimas gracias a todos los que habéis participado en la lectura conjunta de este libro organizada por Cuéntate la vida y este blog.