La Indiana, de María Teresa Álvarez

Supe de este libro por casualidad, en un blog que nada tiene que ver con literatura. Y ha sido de esas veces que me he llevado una grata sorpresa dejándome llevar por mi intuición. La Indiana es una lectura más que recomendable, que nos transporta a la bella localidad de Candás en Asturias a finales del siglo XIX y a la isla de Cuba entre los años antes y después de que dejara de ser dominio español. Entre ambos destinos, una historia de amor nada convencional y unos personajes muy humanos y muy poco heroicos. De ahí que la trama de esta novela no sea nada predecible.

La Indiana comienza cuando una galerna deja huérfanos a muchas de las familias que sobreviven a duras penas en Candás, un pueblecito asturiano para el que la pesca es prácticamente el único medio de supervivencia de sus habitantes a finales del siglo XIX. Marina y Silverio son de los niños cuyos padres mueren en el mar y de esta tragedia surgirá una estrecha amistad entre ambos a pesar de la diferencia de edad. En ese momento Silverio tiene casi 16 años y tras morir su padre decide que no vivirá a expensas de los caprichos del mar y en cuanto pueda se irá a otro país donde hacerse rico y evitar que su familia viva en la pobreza. Y con mucho esfuerzo, cumple su deseo emigrando a Cuba años más tarde.

Para Marina, sin embargo, no hay otro mundo que no sea Candás y mientras supera su adolescencia -es cinco años menor que Silverio- será el pilar de su familia, trabajando con ahínco y anhelando el momento el que Silverio vuelva de Cuba y descubra, quizás, que ella ya no es una niña. Sin embargo, la vida que Silverio experimenta en Cuba está lejos de ser la que cuenta en sus cartas y eso hará que su regreso a Asturias se demore demasiado y mientras estalle la guerra por la cual España perdió esta isla.

A pesar del lenguaje a veces «cursi» que emplea su autora (por ejemplo, en los diálogos entre hermanos o entre el jefe de Marina y Marina, que son pomposos y llenos de cumplidos) es una novela escrita con mucha delicadeza y finura. Y eso hace que las descripciones tanto de la costa asturiana como del exotismo cubano sean una de las principales bazas de La Indiana. A eso se une una muy lograda descripción de unos años muy convulsos para España y muy prósperos, por el contrario, para Cuba.

El contraste entre ambos escenarios, tan dispares y lejanos, no desentona en ningún momento, a pesar de que la novela entrelaza continuamente pasajes que suceden a un lado y otro del Atlántico. Quizás, hay momentos que la trama se enreda demasiado creando situaciones poco verosímiles y forzadas, como la parte en la que se habla de la esclavitud en la isla cubana, pero creo que también aportan una dosis histórica muy acertada y que reflejan que este libro no es simplemente una historia de amor.

En definitiva, una lectura muy interesante, que va calando en el lector poco a poco, sin prisas, y a veces tan imprevisible como el Mar Cantábrico que baña las costas de Candás.

Faro de Candás

Incluyo esta lectura en el reto Novela Histórica.