Cuando estábamos vivos

Cuando estábamos vivos, de Mercedes de Vega

Cuando estábamos vivos es una de las grandes novedades literarias de los últimos meses y no resulta extraño que haya recibido buenas críticas porque tiene muchos elementos que la convierten en una novela «ganadora»: un contexto histórico apasionante -la Segunda República y la Guerra Civil-, una historia de amor compleja y dramática y un elenco de personajes plagado de secretos familiares y tragedias diversas. Con todo, es muy fácil engancharse a este libro, porque además está brillantemente escrito.

Cuando estábamos vivos

Lucía Oriol está casada con un noble italiano ferviente seguidor de Mussolini y es madre de un bebé cuando conoce a Francisco Anglada y se enamora perdidamente de él. Francisco entra en su vida como socio de su padre al que ha convencido de invertir en numerosas propiedades y negocios del Madrid más incipiente de los años 30 del siglo XX. Lucía, como hija de una familia noble, está acostumbrada a que no le falte de nada y esta relación adúltera con Francisco la vive de manera alocada, incluso rayando la obsesión.

Por su parte, Francisco trae consigo un bagaje familiar complicado al descender de judíos que lograron evadir la expulsión en tiempos de los Reyes Católicos. Desde entonces, su familia se ha esforzado en ocultar su pasado pero les han sacudido todas las tragedias posibles. De hecho, Francisco es padre viudo de la joven Jimena a la que obliga a vivir en Madrid y estudiar una carrera para alejarla de la vida excesivamente liberal que siempre ha disfrutado en su hacienda del norte de Aragón y de la obsesión enfermiza que siente por su tío David, el único hermano de Francisco, que además es cura.

Las vidas de los personajes de este libro se complican al mismo ritmo con el que la Segunda República genera tensiones políticas y sociales en Madrid y en el resto de España. Y eso le confiere a la novela un carácter dramático tremendo porque les ocurre una desgracia tras otra. De hecho, los últimos capítulos son demasiado desgarradores para mí gusto. No es que esperase un final feliz, pero la verdad es que la vida de algunos de los personajes acaba de una manera realmente trágica.

Aunque la trama en general es muy interesante y el ambiente y la descripción del Madrid de aquella época inmejorable, he encontrado un fallo determinante que hace que no pueda incluir esta novela entre lo mejor que he leído últimamente. Y es que me faltaron elementos para entender por qué el libro comienza y termina con la narración en primera persona de Lucía Oriol ya anciana y lo que la lleva a desvelar esta historia. No me pareció motivo suficiente ni creo que tuviera necesidad de hacerlo más allá de que fueran las páginas de su diario personal o algo así. Pero la verdad es que no queda claro. Tampoco qué tipo de relación tuvo con su marido después de todo su affaire con Francisco Anglada, teniendo en cuenta que su esposo militaba en el bando fascista italiano que fue derrotado en la Segunda Guerra Mundial.

En resumen, una novela muy dramática pero entretenida, en la que sobresale la descripción del Madrid más agitado que ha habido nunca y espléndidamente escrita.

4 comentarios en «Cuando estábamos vivos, de Mercedes de Vega»

  1. Solo me paso a saludarte.

    Espero que estés bien.

    Ahora leo «La sombra del viento» de Carlos Ruiz Zafon. Hace tiempo que lo leí y ahora lo leo de nuevo.

    Saludos.

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  2. No la conocía, pero la época y donde está ambientada resulta cuando menos, entretenida. la tendré en cuenta en mi próxima elección.
    muchos besos.

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  3. A pesar de los fallos que comentas me has convencido. La leeré porque creo que puede gustarme. Gracias por el descubrimiento. Muchos besos.

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