Sarah Lark no cambia, pero no defrauda. Creo que no hay mejor forma de resumir esta nueva lectura que reseño de la escritora alemana con la que actualizo el blog después de varios meses ausente en los que me he adentrado en el mundo de la maternidad. Y debo decir que si se aprovecha cualquier mínima ocasión, sí es posible seguir leyendo aunque a un ritmo muuuuucho más lento, eso sí.
Entre los libros que tengo pendientes por reseñar (y que haré poco a poco) se encuentra éste de Sarah Lark con el que concluye una trilogía tan amena como las anteriores y ambientada en el espectacular paisaje de Nueva Zelanda.
Las lágrimas de la diosa Maorí es la tercera parte de «Trilogía del árbol Kauri» que comienza cuando Lizzy y Michael, los protagonistas de la primera parte (Hacia los mares de la libertad) llegaron a Nueva Zelanda y lograron abrirse camino y consolidar su amor tras muchas idas y venidas. Su historia y la de parte de sus descendientes continuó en A la sombra del árbol Kauri y concluye en Las lágrimas de la diosa Maorí con las aventuras de su hijo Kevin y de Atamarie, su primera nieta.
En el caso de Kevin, él y su hermano caerán rendidos a los encantos de Juliet La Bree, una mujer sin escrúpulos a la que sólo le interesa la vida en sociedad y conquistar a Kevin. Pero cuando las cosas se complican, Kevin se da cuenta de que detrás de esta cara bonita solo hay una verdadera mala persona y decide huir a Sudáfrica como médico del bando británico que lucha en la Guerra de los Bóers. Allí se desarrolla gran parte de la trama de este libro y donde reside mucho de su interés, pues conocemos cómo de arraigada estaba la cultura bóer en la sociedad sudafricana y el choque que suponía para quienes provenían de un país mucho más liberal como Nueva Zelanda a principios del siglo XX. En estas tierras, Kevin pondrá todos sus conocimientos como médico al servicio de la población civil y luchará por el amor de una joven bóer llena de prejuicios ante los que no son de su cultura.
Por su parte, Atamarie es para mí uno de los personajes más interesantes de todos los libros de Sarah Lark. Si su infancia ya fue muy distinta a la de muchas mujeres de su tiempo al vivir en un poblado morí y al seguir a sus padres por todo el país defendiendo el voto femenino y la lucha pacífica de los morís por conservar sus tierras, su juventud lo es más porque decide estudiar Ingeniería siendo una de las pocas mujeres universitarias de su generación. Sin embargo, en lo personal su mente no es tan racional como cabría esperar y se deja llevar por un amor no del todo correspondido con un joven aficionado a la ingeniería que intenta sin mucho éxito inventar un motor que permita al hombre volar.
Sarah Lark demuestra una vez más dominar las sagas familiares siendo fiel a su estilo narrativo y, sobre todo, a Nueva Zelanda. Por muchos libros que escriba, me sigue pareciendo fascinante su descripción de la cultura, las tradiciones y la historia de un país que espero algún día conocer. El ritmo de la lectura no decae en ningún momento y aunque algunos personajes de esta trilogía puedan resultar estereotipados, a la vez retratan la sociedad de una época tan revolucionaria como los primeros años del siglo XX.
Me gustaría leer algún libro de Sarah Lark y de Anna Casanovas.
Ahora empezare el libro «El último adiós» de Kate Morton y después leeré «Pasaje al paraíso» de Michael Connelly.
Por ahora no me atrae ningún libro de Sarah Lark pero, de Anna Casanovas me gustaría leer el de «Herbarium. Las flores de Gideon».
¿Has leído algo de Anna Casanovas?
Saludos.
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Qué duro es esto de ser madre y leer al mismo tiempo, sé de lo que hablas. Pero seguro que no lo cambias por nada…
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No, no lo cambio 😉 Pero egoístamente sí echo de menos aquellas tardes de leer 2 horas seguidas… besos
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No he leído todavía nada de esta autora, y si te soy sincera me empieza a dar pereza
Besos
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Pues nada, para gustos colores! Un beso
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De esta saga solo he leído la primera, y tengo que continuar leyéndola. No sé muy bien porque pero este género me apetece más en verano… manías, jeje
Un beso
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Jajaja, sí, el verano es una época para leer este tipo de libros. Este en concreto yo lo leí en agosto. Besos
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