Hace más de un año disfruté mucho de La vida cuando era nuestra y tenía muchas ganas de repetir con su autora, Marian Izaguirre. Me gusta mucho su estilo a la hora de escribir: pulcro, sencillo, elegante. En su última novela que hoy reseño sigue destacando por esa manera de relatar, pero no ha sido suficiente. Los pasos que nos separan me ha parecido una historia carente de algo desde las primeras páginas. Voy a tratar de argumentar por qué y qué es ese «algo» que me ha faltado, en medio de esta crisis lectora que me está volviendo cada vez más exigente.
Los pasos que nos separan es la historia de un amor complicado en un momento histórico más complicado aún. Salvador es un joven escultor barcelonés que emigra a Trieste gracias a una beca para dar rienda a su pasión. Trieste en aquel momento, 1921, es una de las zonas que han quedado en tierra de nadie tras la Primera Guerra Mundial, pues Italia ha logrado anexionarla a sus territorios, pero su población es principalmente de origen eslavo, lo que provoca la xenofobia en el régimen de las nuevas fuerzas políticas italianas, con un Mussolini incipiente. En ese contexto, Santiago conoce y se enamora a primera vista de Edita, una mujer casada, con una niña pequeña, cinco años mayor que él y de origen croata. Durante muchos capítulos del libro asistimos a su amor imposible, hasta que el destino les separa como consecuencia de los avatares políticos.
Intercalándose con estos capítulos, la otra parte del libro nos lleva a la década de los 70, donde Marina, de tan sólo 20 años, está embarazada y no sabe de quién tras unas semanas en Menorca al más puro estilo hippie. Desesperada y tremendamente perdida, decide aceptar la oferta de trabajo de un anciano que le pide emprender con él un viaje como acompañante a Trieste y otros lugares de Croacia.
Podéis imaginar el lazo que une ambas tramas. Es evidente y la autora nos lo hace evidente. Así que ése no es el problema que le he encontrado a este libro. ¿Cuál es entonces? Creo que el principal ha sido que no he conectado con los personajes, con ninguno de ellos. Ni Salvador, ni Edita ni Marina me han tocado la fibra, les he sentido fríos y retratados de manera distante. Especialmente Marina, quien no me ha inspirado compasión, sino más bien indiferencia, porque todo lo que se relata de ella la describe como una persona que vive al tun tun, y no creo que la edad sea la excusa que lo justifique.
Por eso, por no lograr creerme a sus personajes principales, teniendo en cuenta que los secundarios aparecen lo justo, me he quedado con la sensación de que el fin de este libro, su desenlace, justifica los medios o el recorrido que hay que hacer para llegar hasta allí. Y sobre todo, creo que la parte de Marina sobra, que introduce en la trama el conflicto moral de ser madre sin desearlo cuando aparentemente la historia principal es otra que transcurre más de 50 años antes. Y esa otra parte, precisamente, sí es buena, sí es interesante y podría haber valido para desarrollar la novela entera. Por eso, considero innecesario el que su autora haya incluido el dilema del aborto como un elemento más de este libro, dándole tanto peso y tanto dilema ético. No me lo esperaba y no lo acabo de ver…
Como siempre, ésta es mi humilde opinión y os invito a navegar por otros blogs donde sí he leído críticas positivas de esta novela, que a mí me hicieron decantarme por ella. Todo es cuestión de gustos, aunque para mí hayan sido demasiados los pasos que separan esta novela de La vida cuando era nuestra.
Incluyo esta novela en el reto Novela Histórica (al menos la trama que sucede en Trieste en la década de los años 20).
creo que esta me la salto 😉
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Jajajaja, pues te entiendo!!!
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La vida cuando era nuestra me gustó mucho. Este, por lo que nos cuentas, no termina de convencerme. Besos.
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A mí también me gustó mucho ese libro. Este otro se queda a medias.
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Leí los dos libros de la autora, y me gustó un pelín más el anterior, este se me hizo lenta la lectura.
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Sí, a mí también. Todos coincidimos en que el anterior es mejor.
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He leído alguna que otra opinión de que le faltaba algo… y a pesar de que tenía muchas ganas de leerlo lo he ido dejando atrás…
Besos
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La verdad que yo te lo recomendaría pero sin ponerle muchas expectativas… Se queda a medias…
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No he leído nada de la autora… Creo que argumentas bien tu «pero», a mí es de las cosas que pueden hacer que no termine de convencerme de una lectura, aunque tenga muchas cosas que valore en ella, pero si no conectas con los protagonistas, o al menos no ves una coherencia…
Un abrazo
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Es que si no conectas con ellos, todo el libro se te hace pesado ¿verdad? Es uno de los ingredientes que nunca deben faltar
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Aún tengo pendiente la primera. Así que creo que empezaré por ésa y después ya veremos.
Un abrazo
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Espero que te guste, yo lo disfruté. Un beso
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Es una pena lo de los personajes. A mi si que me gustaron.
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Me alegro que a ti sí. Es algo muy subjetivo
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La anterior novela de la autora me decepcionó bastante y quería darle una segunda oportunidad con esta pero no sé… Ánimo con la crisis lectora. Un abrazo muy fuerte.
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Pues a mí sí que me gustó la anterior. Si La vida cuando era nuestra no te gustó, definitivamente no te recomiendo este libro. Un abrazo
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Vaya, tenía buena pinta, aunque con tu critica y con la cantidad de pendientes que tengo creo que la voy a descartar. Besos.
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Bueno, te diría que no la tengas entre las prioritarias, pero si te apetece léelo. Espero que te guste más que a mí
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Tengo esta novela pendiente y aunque tu crítica no es muy positiva, tengo ganas de leerla aunque sólo sea por estrenarme con la autora.
Bs.
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Pues estaré atenta a tu reseña para comparar opiniones!
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