La sonata del silencio, de Paloma Sánchez-Garnica

La sonata de silencio es una de las novedades más esperadas de esta primavera. No dudé en hacerme con ella y leerla justo en junio, coincidiendo con el mes temático de la novela histórica que nos propuso Laky. Es una lectura de las que no te dejan indiferente y cuya trama te atrapa de una manera espectacular, porque está llena de sentimientos, de infortunios, de desazones y de muchos sinsabores para sus protagonistas. No podía ser menos tratándose de una novela ambientada en el Madrid de la posguerra.

La sonata del silencio

La portada de este libro no es casual. Esa mujer no es una mujer cualquiera. Es Marta Ribas, que no es ni rica, ni aristócrata, ni segura de sí misma como la imagen puede dar a parecer. En realidad, Marta Ribas lo ha perdido todo y no le queda siquiera una pizca de amor propio cuando comienza esta historia. 

Antes de que la guerra concluyera y su vida se fuera al traste, Marta estaba acostumbrada a vivir en la opulencia, fruto de su condición de hija de diplomáticos y del negocio boyante de su marido Antonio Montejano como dueño de una tienda de antigüedades. Sus destinos no fueron truncados porque la guerra les quitara todo, sino por la decisión de Antonio de proteger a su amigo el notario Rafael Figueroa de ir a la cárcel con la reputación completamente destrozada. En su lugar fue Antonio y aunque fue una estancia corta, a partir de ahí comenzaron los días infernales para Marta y su hija Elena.

En esta nueva vida, Marta pasa del todo a la nada y a deber dinero y favores a todos sus conocidos. Su matrimonio se ve muy afectado porque Antonio, a pesar de ser consciente de que su decisión cambió sus vidas, es un marido de aquella época, que cree que todo el peso de sacar adelante un hogar está de su mano, mientras la mujer solo debe ocuparse de tener la casa limpia y cuidar a los hijos. Por eso, se desespera al ver que no gana suficiente dinero, que depende para todo de su amigo Rafael y que lo que Marta y él tuvieron nunca volverá ser como antes.

Y Marta vive sin vivir, llevada por una inercia que la consume y que la impide hacer nada por su cuenta, porque esta nueva situación le hace ver a cuánto ha renunciado en su vida por Antonio. Especialmente su sueño de ser pianista profesional. Y eso la derrota y la aniquila el alma hasta que una oferta de trabajo como asistente de una aristócrata italiana la devuelve a la vida.

Este libro me ha provocado mucha frustración, porque, aunque sea ficción, retrata el papel que la mujer tenía en los primeros años del Franquismo, que podía reducirse a prácticamente nulo. La mujer tenía que ser piadosa, recatada, virginal y subyugada a los deseos del hombre, o al menos eso es lo que pregonaba la Iglesia. Ante ello, una lee libros como éste y aunque algunas cosas puedan estar exageradas, parece mentira que en sólo unas décadas la sociedad avanzara tanto para que ahora las mujeres contemos con casi los mismos derechos que los hombres.

La sonata del silencio no es una lectura ligera, ni mucho menos. Contiene muchos detalles de las costumbres de la década de los 40 en España y cada uno de sus personajes representa arquetipos de lo que era la sociedad de aquella época. Por eso, y aunque las ansias de saber qué pasa y lo bien escrito que está te llevan a un no parar de leer, cuando lo terminas te sobreviene una sensación de estupor hacia lo irracionales que pueden llegar a convertiste las personas cuando la fe mal entendida y el machismo exacerbado se dan la mano. Pocas combinaciones son tan peligrosas.

En definitiva, una novela tremenda, en todos los significados de la palabra, que para mí supera a Las tres heridas, la anterior novela de Paloma Sánchez-Garnica, y que debería ser leída por todos los que nos gusta saber más de nuestra historia, aunque ésta tenga capítulos tan poco honrosos.

Incluyo esta lectura en el Reto Novela Histórica.

27 comentarios en «La sonata del silencio, de Paloma Sánchez-Garnica»

  1. No tengo palabras para definir este libro, me ha encantado y lo he disfrutado al 100! es más, me ha enganchado tanto que no me separaba de mi ebook (sí, has leído bien ;)) en ningún momento. Me ha parecido que encadena muy bien todos los sentimientos presentes en la historia al mismo tiempo que refleja los convencionalismos de la época. Pero sobre todo, me ha parecido un libro muy tierno. Eso si, ha habido algunas partes que parecía más una telenovela… Aún así, estoy segura de que estará entre mis lecturas de 2014.

    Por cierto, no he leído Las tres heridas, pero con el buen sabor de boca que me he quedado con este iré a por el primer libro de la autora pronto.

    Besos!

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  2. No veas las ganas que le tengo! Las tres heridas me encantó y ésta veo que está gustando tanto o más que aquélla. A ver si le hago un hueco (grande, porque menudo tochito que es)
    Besos

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  3. Con tanto entusiasmo por tu parte es difícil no irse de aquí con el libro debajo del brazo. No todas las lecturas tienen que ser ligeras, aunque el calor empieza a apretar y parece que es lo que pide. No he leído nada de la autora, así que puede ser este un buen libro para empezar.

    Besos

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  4. Qué buena pinta!
    Tengo lecturas pendientes para prácticamente todo el verano, pero aprovecharé mi cumpleaños a principios de septiembre para hacerme con ella y comenzar el otoño con una novela que sospecho que es de las que me va a gustar (y mucho!)

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